miércoles, 4 de junio de 2014

DIEGO PERROTTA


Fotografías del artista





RITUALES PAGANOS
Diego Perrotta


El calor de la tierra


Se tarda años en llegar allí. Se necesita tiempo acumulado de plegarias para tocar el calor de la tierra con un solo gesto. En ese lugar, donde no hay sol ni noche y la cronología de los cuerpos anula el tiempo de los que respiran, los sueños guarecen los ritos del pueblo.  En los confines de los cantos, cada elemento es un nombre que espera ser pronunciado con justicia; un dios trae una manera de resolver el mundo, trae una dosis de sí al mundo para que la realidad sea una señal de promesa. Se dice que en el calor de la tierra somos santos y demonios para adorar y ser adorados. Diego Perrotta lo sabe, por eso, insiste. No importa qué técnica use, sea acuarela, cerámica, pintura, grabado o dibujo, su lenguaje es único.
El barroco urbano, la violencia callejera, la cábala y el azar;  el credo que profesan los dioses, las vejaciones y - por qué no- la esperanza por encima de todo,  guardan aquello que late con deseos de vida y de muerte. La religión, el sexo, lo mágico, la imaginería popular tejen así un relato en complicidad con el bien y el mal.
RITUALES PAGANOS recorre quince años de producción, quince años de historia. Si bien la figuración de Perrotta pertenece al orden de la imaginación, sus personajes dialogan con una historia cercana, por no decir real.  El Matasiete, justiciero que vela con la picardía de un bandido por el bienestar de su pueblo y El Diablo que trae consigo la angustia de la falta, ofician de testigos privilegiado de esta liturgia popular donde vivos y muertos asisten por igual. En obras como Ritual (1999), una cabeza mutilada, sin cuerpo, descubre la muerte en un crudo festejo donde la suerte está echada. Más adelante, Infierno (2004) descubre el escenario frágil, corrompido de la ciudad. El insecto-diablo se erige sobre la arquitectura e impone su ley. Como afirma María Teresa Constantín: “El pasado, retomado una y otra vez, actúa como presente activo en un urbano contemporáneo en el que perviven latentes las viejas supersticiones y los impulsos azarosos, mientras el milagro es esperable en cualquier esquina”.
Es cierto, se tarda años en llegar a ese único gesto que convierte la frontera en nuestra identidad. Allí, donde no hay sol ni noche y la cronología de los cuerpos anula el tiempo de los que respiran. Emma, Ramona y Marita vuelven en Cabaret argentino (2011) para nombrar la herida. Inspirado en Ramona Montiel, personaje creado por Antonio Berni, en Emma de Lino Eneas Spilimbergo y Marita Verón, la joven tucumana desparecida en 2003 en manos de impunes redes de prostitución, Diego Perrotta pronuncia los nombres que esperan, desde siempre, justicia. Hace del dolor, la materia de un canto de redención para que estas mujeres no se vayan del todo. ¿Por qué? Porque los nombres nunca mueren; porque algo mágico sucede allí, en el calor de la tierra.  


Luz Marchio







Junto a las obras El Matasiete y Cabaret Argentino




Junto a las obras El Diablo y El Matasiete, mixtas sobre papel.



Acuarela en proceso y mesa de trabajo.





Junto al mural en homenaje a los desaparecidos



Obra en proceso y taller



Taller y materiales



Imagen del taller donde figuran obras de colega: Jorge Pietra, Omar Panosetti, Patricio Larrambebere, Enrique Burone Risso y Eduardo Molinari, entre otros



Homenaje en preparación a los desaparecidos para el Día de la memoria

viernes, 20 de diciembre de 2013

JUAN ANDEREGGEN





Ensambles Contemporáneos. 
Construir con restos. 



Construcciones escultóricas, objetos ensamblados, son denominaciones que pueden recibir el conjunto de estructuras armadas con piezas de rezago, capaces de generar nuevas formas de la mano de Juan Andereggen, este artista argentino que sostiene sus piezas desde la significación residual que cada una propone, así como también es capaz de traspasar sus límites y arrojar otros andamiajes de significaciones para sus obras. 
El artista concreta una utilización especial de la materia con la que trabaja, que es sometida a exigencias nuevas de las que su propia naturaleza les tenía preparadas, aparecen así, trozos de antiguos barcos, utensilios de cocina, tramos de durmientes, clavos oxidados, piedras horadadas por el tiempo, elementos que revelan su carácter, muestran su origen, desnudan su naturaleza, no dejan de ser lo que son, con sus cualidades intrínsecas, pero van mas allá, aparecen en sus nuevas intensiones, cediendo paso al ensamble constructivo que les da vida. 

Hay una simultaneidad conceptual, como fuente de inspiración y como producto resultante, que exige novedosas posibilidades discursivas dependientes de la esencia original, así como también de la nueva categoría conseguida. 
Juan Andereggen nos remite indudablemente a ese punto de partida, a ese rescate de los bordes de los ríos, a los encuentros fortuitos de cosas dejadas en alguna calle, a esos restos descartados de la nueva urbanidad, a esos lugares que el mismo recorre para dar con la pieza única e irrepetible de donde partir. También y a la vez da cuenta de lo nuevo logrado, de lo integrado y ensamblado para el propósito estético de su obra que lo obliga a trascender el original, a dar un sorprendente salto de producción para lograr su estrategia de exploración creativa final. Así la solución formal se torna parte de la obra, en una especie de voluntaria sumisión a las posibilidades del material en cuestión. Ante las exigencias de sus elementos de trabajo, Andereggen acusa recibo de sus rasgos enunciativos, comprende su objetividad material y despliega sus motivaciones expresivas en una sustancial reflexión teórica sobre su propia práctica artística. 
En cuanto a las producciones pictóricas, se observa un renunciamiento casi por completo al valor saturado de la escala cromática, no trata sus obras desde el color, sino desde las formas repetitivas, desde la reiteración, en un diálogo sin fin, que se afirma una y otra vez en la reincidencia de la imagen. 
De este modo esa austeridad absoluta del tratamiento del color, se limita a singulares mezclas que se instalan entre grises y verdosos, simplificando hasta límites insospechados su propia severidad colorística, es una manera de obligar al color a dejar de serlo y pase a comportarse como no color. 
En esta dialéctica probablemente son múltiples los significantes que conformen sus obras y variados encuentros semánticos se concentren alrededor de ellas, lo que es evidente es que el artista pone su accionar visual dejando en claro, que tanto materiales como recursos, soportes, formas y procedimientos, son utilizados desde una fuerte apoyatura conceptual para dar cuenta de lo propio, de su contundente hacer en el arte, que lo posiciona con fuerza y no lo deja vegetar en los espejismos de las modas y tendencias. 
Juan Andereggen hace tiempo que es reconocido como artista plástico en su país, por momentos se ha acercado a otros maestros como Joaquín Torres García u otros de reconocida trayectoria en la Argentina, pero todos estos estímulos, han sido sometidos a las normas de su propia concepción artística, cualquier influencia ha sido asimilada y transformada en el constante ejercicio de su autonomía creadora. Podría encuadrarse dentro del Minimalismo Estructural o del Constructivismo Tardío, o de las dos a la vez. 
Rigor, persistencia, libertad e imaginación son las claves que encontramos en la personalidad íntima de este creador, que da cuenta de lo que acontece en el mundo desde sus figuras. Es allí donde se pueden observar sus reflexiones sobre los oscuros vericuetos en que hombre anónimos se encuentran inmersos, seres sujetos a una pesada carga terrena, resignados (con sus pies enterrados), parados inmóviles sobre una verdad contenida, imposible de cambiar. En ellos el tiempo pareciera haberse detenido, callan como si supieran lo inútil del grito para transformar su situación, sin poder modificar su rumbo, en una trágica grandeza, de una ternura desgarradora, parecen decirnos que están inexorablemente en manos del destino. 





Lic. Stella Arber 
Directora 
Museo de Arte Contemporáneo 
Universidad Nacional del Litoral












































jueves, 24 de octubre de 2013

GRACIELA BELLO

Fotos © Graciela Bello & Al Nobili.
Artista visual argentina nacida en Buenos Aires. Pinta desde niña. En los años 80’ estudió Dibujo, Pintura y Grabado con Julio Muñeza. Tomó cursos de Fotografía, Aerografía, Papel Maché, entre otros. Cursó la carrera universitaria de Letras, que le aportó estudios de Historia del arte (Blanca Pastor), Estética, Filosofía. Trabajó en diseños y estampados textiles y en talleres de arte para niños y adultos. Desde 1992 ha participado en 240 exposiciones (muestras individuales y colectivas, ferias de arte, Gallery Nights, salones con premios y distinciones). En el plano internacional, exhibió en Uruguay, Brasil, Chile, Perú, México, República Dominicana, España, Italia, Irlanda, Suiza y en reiteradas ocasiones en USA. Sus pinturas se encuentran en instituciones, museos, escuelas, edificios históricos y forman parte de colecciones particulares del país y del extranjero.Varias de sus obras fueron portada de novelas, libros de poesía, textos educativos, discos y revistas.

“Yo no existía para hacer versos, para predicar o para pintar. Ni yo, ni ningún otro hombre existíamos para eso. Todo ello era secundario…El verdadero oficio de cada uno era tan sólo llegar hasta sí mismo. Luego podía terminar en poeta o en loco, en profeta o en criminal. Eso no era cosa suya, y, además en último término, carecía de todo alcance. Su misión era encontrar su destino propio, no uno cualquiera, y vivirlo por entero hasta el final.” (Herman Hesse, Demian)

 

“El arte es un método de levitación, separa a uno de la esclavitud de la tierra”. (Anaïs Nin, Diarios)







“El color me posee…sé que me posee para siempre; esta es la revelación de la hora feliz: el color y yo somos una sóla cosa. Soy pintor.” (Paul Klee)

"No hay medida en el tiempo: no sirve un año, y diez años no son nada; ser artista quiere decir no calcular ni contar; madurar como el árbol que no apremia a su savia, y se yergue confiado en las tormentas de primavera, sin miedo a que detrás pudiera no venir el verano. Pero viene sólo para los pacientes, que están ahí como si tuvieran por delante la eternidad..." (Rainer Maria Rilke, Cartas a un joven poeta)

“El arte es sobre todo un estado del alma” (Marc Chagall)

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